La preocupación mundial por la erosión de bases imponibles y el traslado de beneficios hacia jurisdicciones de baja o nula tributación ha llevado a organismos internacionales como la OCDE a reforzar sus mecanismos de vigilancia. Aunque existen múltiples iniciativas globales, la realidad demuestra que muchas de las economías más desarrolladas, incluidos miembros de la propia OCDE, facilitan esquemas que permiten a las corporaciones reducir drásticamente su carga fiscal. Este fenómeno no solo distorsiona la competencia leal entre empresas, sino que también afecta la capacidad de los estados para financiar servicios públicos esenciales. Comprender cuáles son los territorios bajo supervisión y los criterios empleados para su clasificación resulta fundamental para empresas, profesionales y gobiernos que buscan garantizar la transparencia fiscal y cumplir con las normativas vigentes.
Qué son los paraísos fiscales y por qué preocupan a la OCDE
Características fundamentales de un paraíso fiscal
Un territorio es considerado paraíso fiscal cuando aplica tipos impositivos muy bajos o directamente nulos sobre ingresos, ganancias de capital o beneficios corporativos. Además, estos lugares suelen ofrecer un elevado grado de confidencialidad financiera y secreto bancario, lo que dificulta el intercambio de información tributaria con otras jurisdicciones. Entre las características más destacadas se encuentran la ausencia de impuestos sobre herencias, la exención de tributos sobre ingresos obtenidos en el extranjero y la existencia de regulaciones simplificadas que facilitan la constitución de empresas sin exigencias de presencia física o actividad económica real. La combinación de estos factores convierte a estos territorios en destinos atractivos para la planificación fiscal agresiva y, en muchos casos, para la evasión fiscal.
El impacto económico de los territorios de baja tributación
El uso indebido de paraísos fiscales genera pérdidas fiscales globales que diversos estudios estiman en aproximadamente 492.000 millones de dólares anuales. Esta cifra refleja los ingresos que los estados dejan de percibir debido al traslado artificial de beneficios hacia jurisdicciones que ofrecen ventajas fiscales desproporcionadas. Organismos como Tax Justice Network han documentado que el abuso fiscal corporativo global cuesta al mundo alrededor de 245.000 millones de dólares anuales en impuestos corporativos perdidos. Este fenómeno afecta de manera desigual a países en desarrollo y economías avanzadas, debilitando la capacidad de los gobiernos para invertir en infraestructura, educación y salud. La erosión de bases imponibles no solo perjudica la recaudación, sino que también socava la confianza en los sistemas fiscales y promueve la desigualdad económica.
Criterios de la OCDE para identificar jurisdicciones fiscales problemáticas
Lista negra, gris y blanca: clasificación actual de territorios
La OCDE y la Unión Europea han desarrollado sistemas de clasificación para distinguir entre jurisdicciones cooperativas y aquellas que representan riesgos significativos en materia de transparencia fiscal. La lista negra incluye territorios que no cumplen con los estándares internacionales de intercambio de información tributaria y que mantienen regímenes fiscales perjudiciales. Por su parte, la lista gris agrupa a países que, aunque aún no satisfacen plenamente los criterios exigidos, se han comprometido a implementar reformas legislativas en plazos determinados. Finalmente, la lista blanca reconoce a aquellas jurisdicciones que cumplen satisfactoriamente con las normas de gobernanza fiscal y transparencia. Es importante destacar que la clasificación es dinámica y se actualiza periódicamente en función de los avances o retrocesos en el cumplimiento de compromisos internacionales.
Mecanismos de evaluación y cumplimiento normativo internacional
Para evaluar el grado de cooperación de cada jurisdicción, la OCDE emplea tres criterios fundamentales relacionados con la transparencia fiscal, la equidad fiscal y la adopción de medidas contra la erosión de bases imponibles y el traslado de beneficios. La transparencia se mide por la capacidad de intercambiar información tributaria de manera efectiva y automática, mientras que la equidad fiscal evalúa si el territorio aplica prácticas que favorecen artificialmente a empresas sin sustancia económica real. El tercer criterio examina la implementación de acciones concretas derivadas del proyecto BEPS de la OCDE. Sin embargo, diversos análisis independientes revelan que la política de la OCDE contra prácticas fiscales nocivas no logra detectar casi ninguno de los riesgos del abuso fiscal corporativo documentados por índices especializados, ya que países calificados como no nocivos son responsables del 98% de los riesgos globales identificados.
Principales paraísos fiscales bajo supervisión en 2024

Territorios europeos y del Caribe en el foco regulatorio
Entre los territorios europeos y del Caribe que concentran mayor atención regulatoria se encuentran las Islas Vírgenes Británicas, las Islas Caimán y Bermudas. Las Islas Vírgenes Británicas ocupan el primer lugar en el índice de paraísos fiscales corporativos debido a su alta opacidad y volumen de actividad financiera extranjera. Las Islas Caimán han incrementado su actividad financiera en casi un 15% en años recientes, consolidándose como el segundo territorio más problemático. Bermudas también figura entre los principales facilitadores del abuso fiscal corporativo. Adicionalmente, países como Luxemburgo, Países Bajos y Suiza son señalados como miembros de la OCDE que facilitan esquemas de planificación fiscal agresiva. Jersey, territorio dependiente de la Corona Británica, también aparece en el ranking de los diez mayores facilitadores del abuso fiscal corporativo. La red del Reino Unido y sus territorios de ultramar es responsable del 31% de los riesgos del abuso fiscal corporativo en el mundo.
Jurisdicciones asiáticas y del Pacífico bajo escrutinio
En la región asiática y del Pacífico, Hong Kong y Singapur destacan como centros financieros que combinan sofisticación regulatoria con ventajas fiscales significativas. Singapur ha sido identificado como uno de los diez mayores facilitadores del abuso fiscal corporativo, ofreciendo tipos impositivos competitivos y estricta confidencialidad. Hong Kong también figura en ese mismo listado, actuando como puerta de entrada para flujos financieros hacia y desde China continental. Los Emiratos Árabes Unidos entraron recientemente en el top 10 tras recibir una inyección de 250.000 millones de dólares procedentes de los Países Bajos, lo que refleja la creciente relevancia de Oriente Medio en la planificación fiscal internacional. Otros territorios del Pacífico como Samoa, Vanuatu, Palaos, Fiyi y Guam ofrecen exenciones fiscales amplias sobre ingresos extranjeros, ganancias de capital y herencias, lo que los convierte en destinos atractivos para estructuras corporativas internacionales.
Consecuencias para empresas y profesionales que operan en estos territorios
Riesgos legales y reputacionales para negocios internacionales
Las empresas que operan en jurisdicciones catalogadas como no cooperativas enfrentan riesgos significativos que van más allá de simples ajustes fiscales. La normativa española, basada en la Ley 36/2006 y actualizada mediante la Orden HFP/115/2023, establece restricciones específicas para operaciones con jurisdicciones no cooperativas, incluyendo limitaciones en la deducibilidad de gastos, mayor carga probatoria en operaciones vinculadas y posibles retenciones adicionales. Adicionalmente, la reputación corporativa puede verse seriamente afectada cuando se revelan vínculos con territorios de opacidad fiscal, generando desconfianza entre inversores, clientes y reguladores. Las autoridades fiscales han intensificado los controles sobre operaciones internacionales, aplicando criterios de sustancia económica que exigen demostrar que las estructuras corporativas responden a razones comerciales legítimas y no meramente fiscales. El incumplimiento de estas exigencias puede derivar en sanciones económicas severas y procedimientos penales por delitos contra la hacienda pública.
Alternativas de planificación fiscal legítima y transparente
Ante el endurecimiento normativo global, las empresas deben orientar sus estrategias hacia modelos de planificación fiscal legítima que respeten el principio de plena competencia y la transparencia informativa. La adopción de políticas de precios de transferencia documentadas, la implementación de sistemas de cumplimiento tributario robusto y la participación en programas de cooperación con administraciones fiscales son medidas que reducen significativamente los riesgos legales y reputacionales. Organismos internacionales y expertos en justicia fiscal argumentan que los sistemas fiscales deben priorizar las necesidades de todos los ciudadanos y no solo los intereses de grandes corporaciones. En este contexto, diversas voces reclaman que la ONU reemplace las normas fiscales de la OCDE con un convenio fiscal global que garantice mayor equidad y eficacia en la lucha contra el abuso fiscal corporativo. Mientras tanto, empresas y profesionales deben evaluar cuidadosamente las implicaciones de mantener estructuras en territorios bajo vigilancia, considerando no solo los beneficios fiscales inmediatos sino también la sostenibilidad a largo plazo de sus modelos de negocio en un entorno regulatorio cada vez más exigente.
